Buenos días querido amigo,
Al momento me faltan las palabras para intentar expresarte mi emotivo sobrecogimiento, ante el despliegue de tus loas que recibo halagadísima, aunque considero ostentosas.
Sin embargo, me colma de satisfacción la exaltación que haces de mis intentos permanentes por hacer un mejor trabajo cada día, lo mismo que de los valores morales que, recibidos de mis padres, he intentado cultivar y poner en práctica cada momento de mi vida, sobre todo para que sean un estandarte para mis hijos.
Gracias hermano por distinguirme con tanto, abriendo un espacio para mí en tu atractivo e interesante blog, tras ese agradable compartir en nuestro rol conductor del inolvidable concierto de las FF AA, el pasado 25 de febrero.
No quiero despedirme sin alimentar tu tranquilidad dejándote saber que con algunas jóvenes de la nueva generación en los medios, no todo está perdido; felizmente hay unas pocas que van haciendo su camino al amparo de la integridad y su talento. Pena que no sean más, pero de que las hay, las hay y, como dices, sólo esas perdurarán.
Recibe mi cariño y gratitud.
Salud!
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