El papa Benedicto XVI pidió perdón hace pocos días a las víctimas de abusos sexuales en Irlanda.
Altos funcionarios del Vaticano -incluyendo el prelado que luego se convertiría en el papa Benedicto XVI- no tomaron medidas contra un sacerdote de Wisconsin que abusó de al menos 200 niños sordos en Estados Unidos, según documentos eclesiásticos publicados por el diario The New York Times.
La correspondencia interna aparentemente muestra que el actual pontífice, por entonces el cardenal Joseph Ratzinger, no respondió a dos cartas enviadas por el arzobispo de Milwaukee sobre el caso.
En ellas se señalaba como autor de los abusos al cura estadounidense Lawrence C. Murphy, quien trabajó en una reconocida escuela para niños sordos de 1950 hasta 1974.
El diario obtuvo los documentos de los abogados de cinco supuestas víctimas en la querella presentada contra la arquidiócesis de Milwaukee y alega que "la Iglesia (Católica) intentó mantenerlos en secreto".
En un comunicado oficial, el portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, reconoció la gravedad del caso y dijo que Murphy había violado a niños "particularmente vulnerables", además de la ley.
Si bien no se refirió al rol de Ratzinger en este asunto, afirmó que las reglas de la Santa Sede no prohíben denunciar abusos ante la justicia civil.
Aun así, observadores afirman que estas denuncias representan otro golpe para el Vaticano, salpicado por varios escándalos de abusos sexuales de menores cometidos por sacerdotes.
Hace algunos días, el propio Benedicto XVI pidió disculpas a las víctimas de estos abusos por parte de religiosos irlandeses, un paso considerado como insuficiente por muchos de los denunciantes.
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Correspondencia
Las cartas fueron dirigidas a Ratzinger, porque era él quien entre 1981 y 2005 dirigía la Congregación para la Doctrina de la Fe, que decide sobre expulsiones y canonizaciones.
Ocho meses después de recibirlas, el segundo a cargo de esa oficina y actual secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, habría ordenado a los obispos de Wisconsin llevar a cabo un juicio canónico secreto contra Murphy, según The New York Times.
Los casos de pederastia cometidos por sacerdotes afectan a varios países como Irlanda y Alemania.
Sin embargo, añade el diario, Bertone frenó el proceso después de que Murphy le escribiera personalmente a Ratzinger diciendo que no debería ser enjuiciado porque ya se había arrepentido y su salud era débil.
"Solamente quiero vivir el tiempo que me queda en la dignidad del sacerdocio", afirmó Murphy en la misiva.
Según los documentos, hasta tres arzobispos de Wisconsin sabían que Murphy abusaba de menores pero ninguno de ellos lo denunció a la policía.
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Según Robert Mickens, corresponsal en el Vaticano del semanario católico británico The Tablet, este caso es especialmente grave, ya que involucra directamente a las dos figuras más importantes del Vaticano: el Papa y Bertone.
"Si surgen más denuncias de este tipo, y creo que así será, no sé cómo podrá defenderse el Vaticano. Lo único que podrá hacer es admitir que cometió errores, algo que no ha hecho hasta ahora", afirmó Mickens a la BBC.
Y recordó que este caso, al diferencia de los otros, llegó al escritorio de Ratzinger y a la Congregación para la Doctrina de la Fe que éste dirigía por tratarse de pecados muy graves, como la presunta solicitud de sexo con menores en el confesionario.
¿Podría esto provocar la renuncia del Papa? Mickens responde que no, al menos por ahora.
"Algunos lo han pedido, pero no sé si el Vaticano lo está tomando en serio, ya que (esas voces) no provienen de las más altas esferas de la Iglesia (...), generalmente en estos casos se establece un muro de protección: o cierran la boca o alaban al Papa", añadió el experto.
Según el especialista en temas religiosos de la BBC, Christopher Landau, las víctimas del abuso sexual denunciaron que la Iglesia Católica está más preocupada por proteger su reputación que por impartir justicia.
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Exilio
En vez de ser castigado, Murphy fue trasladado en 1974 del arzobispado William E. Cousins de Milwaukee a la Diócesis Superior en el norte de ese estado, donde trabajó 24 años con niños en parroquias, escuelas y centros de detención juveniles, según figura en la querella.
Murphy falleció en 1998 todavía siendo sacerdote y fue enterrado vestido con su sotana.
Solamente quiero vivir el tiempo que me queda en la dignidad del sacerdocio
Lawrence C. Murphy, sacerdote acusado
En un comunicado publicado en el sitio web del Vaticano, su portavoz, el padre Federico Lombardi, afirmó que se trataba de un "caso trágico".
"En los años 70 algunas de víctimas del padre Murphy denunciaron los abusos a las autoridades civiles que investigaron el asunto. Sin embargo, según informes de prensa, la investigación fue abandonada", dijo Lombardi.
Recordó, además, que la Congregación para la Doctrina de la Fe sólo supo del caso mucho más tarde, en 1996, dos años antes de la muerte del religioso.
Sin embargo, Lombardi justificó que el Vaticano incluso entonces no reprendiera ni denunciara a Murphy porque "era muy mayor y tenía muy mala salud, vivía en reclusión y no se había informado sobre ningún abusos en 20 años".
Destacó asimismo que los códigos vaticanos que regulan las investigaciones canónicas y los juicios secretos no prohíben que representantes eclesiásticos lleven los casos a las autoridades civiles.
Mientras tanto, en la página web del Arquidiócesis de Milwaukee, el actual obispo, Jerome E. Listecki, escribió una carta dirigida a los fieles detallando el sistema para informar sobre abusos, en un esfuerzo para calmar a los feligreses, haciendo un ruego para que se cicatricen las heridas.
Redacción
BBC Mundo
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