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lunes, 15 de marzo de 2010

En el Domingo de José Enrique y Leonel

Un momentito con Miguel

Por Miguel De Jesús
El autor es el Director de este Blog


Tranquilo en casa frente al computador, sentado en mi cama, disfrutando la comodidad de la mesita improvisada por mi hijo miguelito, para que mi pierna enyesada no se lastimara.



Atrapado entre un Leonel seguro de a un tal Gilberto cerrarle el camino y un José Enrique dispuesto a no rebajar para como peso pesao en la boleta electoral caminar pa lante y a pasos de vencedores.



Me asaltaba la nostalgia de la misa de nueve dias, en recordación al Profesor Arturo Peña de Mao, un Sábado de lagrimas ante el homenaje de hijos, nietos y amigos del que todos queríamos regresar al día de su muerte para abrazarlo y no dejarlo ir.



Ya era Domingo de Carnaval en Mao, éste seria el primero que no disfrutaría, por culpa del Doctor Rudy Pichardo, que después de inmovilizar mi pierna, reposo me ha recomendado, aislándome sin vino tinto, Sin Sabina y sin ti.



Que sabe ese indolente medico, de bellos atardeceres, entre caderas de mujeres en Carnaval sudadas y cervezas frías, en la freiduría de Roberto Reyes (el bacano), pero en fin como el tiene el conocimiento, le hice caso y estoy en casa bajo resabios.



Aquí me enteré, de la posibilidad de regreso del futbolista paraguayo, Rafael Cabanas, herido de un balazo en la cabeza al nacer el Enero de este año, pero también del irrespeto al escultor y pintor colombiano Fernando Botero



Las autoridades de Colombia encontraron cocaína camuflada dentro de las replicas de sus esculturas, con destino a España, entre malas y buenas noticias, tendré que buscarte,y darte el beso inesperado, beso sensual, beso robado y anhelado.



Si tu mujer sabes que eres dueña de mis emociones, dame tus placeres reservados en el templo llamado cuerpo que tienes, y es que la vida es corta,y al leer la prensa de hoy sentimos que el mundo se acaba.



Solo notas sueltas, escritas en un Domingo de Marzo, al sentir mis angustias desparramarse,sin la presencia de la Magdalena que me lleva al Cielo, abrazando mi cuerpo ,abriendo como Flor de mayo ,sin mas canto que el grito de su primer orgasmo.







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