Los posibles candidatos republicanos a la Casa
Blanca en 2016 criticaron duramente el encuentro de este sábado en
Panamá del presidente estadounidense, Barack Obama, con el mandatario
cubano, Raúl Castro, un hecho sin precedentes que otros muchos en
Estados Unidos califican de histórico.
El senador por Texas Ted Cruz, quien es ya
oficialmente candidato a la Presidencia, consideró hoy en un comunicado
que el acercamiento de Obama concede a los hermanos Castro (Raúl y
Fidel) "exactamente lo que quieren: un alivio económico y la legitimidad
en la escena internacional", lo que, según dijo, "abandona a la
oposición pro-estadounidense".
"Este presidente ha demostrado que está dispuesto a
hacer lo que nueve presidentes anteriores de ambos partidos no hubieran
hecho: dar refugio a un dictador comunista en nuestro propio
hemisferio", agregó Cruz, de origen cubano y próximo al movimiento
ultraconservador Tea Party.
Por su parte, el exgobernador de Florida Jeb Bush,
que también se espera que haga pronto oficial su candidatura a la Casa
Blanca, mostró su desacuerdo poco antes de que se produjera la reunión
entre los dos líderes en el marco de la Cumbre de las Américas y
calificó al presidente Castro de "cruel dictador".
"Obama se reúne con Castro, pero se negó a
reunirse con (el primer ministro israelí, Benjamín) Netanyahu. ¿Por qué
legitimar a un cruel dictador de un régimen represivo?", escribió Bush
en su cuenta de la red social Twitter.
En tanto, el senador por Florida Marco Rubio, cuya
intención de presentarse para presidir el país se espera que se haga
pública este lunes, tachó de "ridícula" la posible salida de Cuba de la
lista de países que patrocinan el terrorismo y la atribuyó a que Obama
está empeñado en dejar un "legado".
Rubio, de padres cubanos, es uno de los
legisladores más combativo con el Gobierno de la isla y uno de los
principales opositores al aperturismo dentro del Congreso
estadounidense.
También se escucharon voces críticas hoy por parte
de otros congresistas como la republicana por Nueva York Elise
Stefanik, quien consideró que uno de los mayores errores del presidente
en su mandato se dibuja en sus estrategias de política exterior,
haciendo referencia al pacto con Irán y al deshielo con La Habana.
"Creo que este Gobierno y el presidente Obama han
dado prioridad a las relaciones con nuestros adversarios más que con
nuestros aliados", dijo Stefanik, miembro del Comité de Servicios
Armados de la Cámara de Representantes.
"Hay más caos en el mundo hoy en día que en
cualquier otro momento de mi vida", añadió Stefanik, de 30 años, quien
se convirtió el año pasado en la mujer más joven en ser elegida para ser
miembro del Legislativo.
Aunque las encuestas indican que el giro
político de Obama hacia la isla cuentan con un gran apoyo entre la
ciudadanía y también con una mayoría de consentimiento bipartidista en
el Congreso, el senador demócrata Robert Menéndez consideró hoy que el
presidente "está cometiendo un error de cálculo".
"Creo que el presidente está cometiendo un error
de cálculo al pensar que si tiende la mano a los dictadores estos van a
aflojar el puño", opinó Menéndez en el programa "Fox News Sunday".
El senador por Nueva Jersey, también opositor a
los Castro y de origen cubano, cuestionó la reunión de Obama con el
presidente cubano y consideró "sorprendente" la decisión de Obama dada
la hostilidad de Cuba hacia EE.UU. en el último medio siglo.
"Hay un problema fundamental en este proceso",
apuntó el senador, quien fue presidente del Comité de Relaciones
Exteriores del Senado.
"Mientras Raúl Castro dice cosas buenas sobre el
presidente Obama, el mes pasado detuvo a 600 disidentes políticos en
Cuba", agregó.
La reunión entre ambos líderes este sábado en
Panamá y las cálidas palabras de Castro hacia Obama calificándolo de
"hombre honesto" y exculpándolo del enfrentamiento histórico entre los
dos países ha sido considerado por muchos analistas como un punto de
inflexión no solo a nivel bilateral, sino también a escala regional.
Los dos presidentes hicieron patente su intención
de seguir trabajando juntos hacia la normalización de las relaciones,
con una pronta apertura de embajadas en las capitales de los dos países y
un intercambio fluido para limar diferencias.
"Continuaremos estando en desacuerdo, pero desde un espíritu de respeto", dijo Obama. EFE
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