Tan preocupante para la sociedad resulta la amenaza esgrimida
por algunos fanáticos patrioteros, de nuevo cuño, contra varios periodistas de
reconocida trayectoria profesional, como la actitud o posiciones de ciertos
comunicadores que, aunque "condenan"
las mismas, justifican los motivos que las originan.
El fanatismo racial, religioso, patriotero o de cualquier
otra índole es peligroso y más cuando se promueve abiertamente por algunos
medios de comunicación de incidencia
popular y las redes, apoyado desde algunas oficinas gubernamentales donde
medran personajes de tenebrosas trayectorias políticas.
La denuncia pública de Juan Bolívar Díaz, Luis Eduardo Lora,
Amelia Deschamps y Roberto Cavada, debe ser tomada en serio sobre todo porque las amenazas no se
hacen desde el anonimato sino
abiertamente, en lugares públicos y hasta por los medios televisivos como es el
caso del homicida convicto, Luis Díaz Estrella, condenado judicialmente, por
mala práctica médica.
El denominado Movimiento Patriótico Independiente, debe ser
seriamente investigado por las autoridades, y personeros como el ex pacoredo
señalado, ser sometidos a la justicia
por incentivar públicamente el asesinato de los denunciantes, con una desfachatez
propia de quien se siente sobreprotegido.
Bien hizo el presidente Danilo Medina en designar una comisión
de alto nivel para que visitara a los periodistas amenazados y les garantizara
el apoyo de las autoridades en las presentes circunstancias, como forma de advertir
a los "nacionalistas," que el
gobierno no apoya los desafueros denunciados.
La hoja de servicios a la patria y a la democracia de los
comunicadores amenazados, su demostrada independencia de criterios y honradez
en el ejercicio de su profesión, están fuera de discusión. Debemos apoyarlos
contra las fuerzas que, escudándose en un nacionalismo trasnochado, dan riendas
sueltas a su odio y racismo anti- haitiano.
Podría también darse el caso de que sectores de la reacción,
enraizados en posiciones oficiales de grandes privilegios, aprovechen la
campaña desatada contra los referidos periodistas, por sus constantes y
valientes posiciones contra la corrupción y el narcotráfico, para tratar de
hacerles daño utilizando el furor de los fanáticos nacionalistas.
Todo es posible en un país con una inversión de valores tan
grande que hasta los comerciantes mocanos, dedicados a la venta de medicinas
falsificadas o vencidas y reetiquetadas, fueron defendidos a piedras y palos
por turbas de vecinos que se oponían a que las autoridades actuaran en su
contra.
Algo parecido sucedió ante la citación hecha por la fiscal de
Santiago Luisa Liranzo al "nacionalista" que llama a matar a los
"traidores a la patria", quien se apareció con un grupo de presión
que vociferaba contra los periodistas afectados y mantenía una agresiva actitud
agresiva frente a la fiscalía.
"Cosas veredes, amigo Sancho,"como diría el Manco
de Lepanto, Miguel de Cervantes y Saavedra a su fiel escudero.
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