El sol da luz y tiene manchas, los agradecidos hablan de la
luz, los desagradecidos, de las manchas. Este pensamiento del apóstol cubano José
Martí, llega a mi mente ante la polémica que ha suscitado la exposición de
varios ex miembros de los Comandos de la Resistencia en torno a los aspectos
negativos de la personalidad del héroe nacional Francisco Alberto Caamaño Deñó.
Considero que las declaraciones de estos distinguidos señores
en torno a una de las figuras de mayor dimensión histórica de nuestro país, no
aportan nada al debate de las ideas políticas ni a la historia dominicana y por
el contrario dejan entrever un revanchismo que los deja mal parados considerando
que el detractado no vive para defenderse.
Lo peor de todo es que coinciden con los enemigos
tradicionales del pueblo quienes viven buscando la forma de desmeritar o
desacreditar a cualquier persona que haya sido capaz de enfrentarlos y más cuando en adición, han combatido la ignominiosa intervención militar
norteamericana del 1965 propiciada y aplaudida por ellos.
En nombre de una
pretendida verdad histórica, no se debe servir a los intereses más oscuros de
nuestra sociedad, denunciando reales o supuestas actitudes personales,
intrascendentes por demás, de pro-hombres que como Caamaño, constituye, con sus
virtudes y defectos, un ejemplo de valor y patriotismo que trasciende las
fronteras del país.
Los motivos personales, grupales o políticos que pudieran
tener estos ciudadanos para echar en cara al héroe de abril su alegado
vocabulario vulgar y agresivo, en pleno entrenamiento, su inclinación por los
tragos y las mujeres, no disminuyen el aporte hecho a la patria ni la figura histórica
de Francisco Alberto Caamaño Deñó.
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