Autor FERNANDO RODRĺGUEZ CESPEDES. |
Los aportes "voluntarios" por conveniencia, de los
profesionales de la ingeniería favorecidos con obras del Estado a los
funcionarios que deciden sus asignaciones y pago de cubicaciones, constituye
una vieja práctica que al pasar del
tiempo, llegó a verse como normal.
Estos funcionarios entregaban parte de ese dinero a los
recaudadores del mandatario de turno como aporte a la campaña reeleccionista
que desde Balaguer han sostenido todos los presidentes dominicanos con la excepción
de Antonio Guzmán y Salvador Jorge Blanco.
Y como el que reparte, siempre se queda con la mayor parte, casi
todos los que pasaron por la OISOE y el
Ministerio de Obras Públicas, salieron de sus funciones convertidos en millonarios
que, sin ningún rubor, exhiben sus fortunas mal habidas.
El manejo de la asignación de obras no era exclusivo del
ministerio de Educación, la OISOE ni Obras Públicas, esta práctica se extiende
por todo el tren administrativo y por eso el afán de los jefes de las distintas
dependencias oficiales en construir,
descuidando el mantenimiento de las
edificaciones y estructuras bajo su responsabilidad.
Cuando el presidente Medina decide los sorteos públicos para
la asignación de la enorme cantidad de escuelas que habrían de construirse
dentro de la denominada Revolución Educativa, pensó sanamente en favorecer a la
mayor cantidad de ingenieros del país.
Eso motivó a las mafias enquistadas en Educación y en la OISOE a buscar nuevas fórmulas de extorsión
para que los beneficios que recibían los incumbentes y presidentes de la
República se quedaran en sus manos. En su afán de lucro se excedieron y
acabaron "matando a la gallina de
los huevos de oro" al extorsionar y despojar de sus obras a los agraciados
de los sorteos llevándolos hasta la desesperación.
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