El presidente ruso, Vladímir Putin, justificó hoy
la contraofensiva "militar-humanitaria" lanzada por los rebeldes
prorrusos en el este de Ucrania, ya que busca defender a la población
civil.
"Puedo entender perfectamente a los rebeldes del
sureste de Ucrania, del Donbass y de Lugansk, y porqué han llamado a la
operación militar-humanitaria", aseguró Putin durante el foro juvenil de
Seliguer.
Putin subrayó que el objetivo de las acciones
rebeldes es "hacer retroceder a la artillería de las grandes ciudades
para que no puedan matar a la gente", según informan las agencias
locales.
"¿Y cuál es la respuesta de nuestros socios
occidentales?. ¿Que (los milicianos) serán buenos sólo si se dejan
despedazar y matar?. En eso se puede resumir su postura. Yo ya lo tengo
asumido: sí, hay que sentarse a la mesa de negociaciones, pero por ahora
hay que dejar a las autoridades de Kiev que disparen un poco", dijo.
El líder ruso instó a Ucrania a renunciar a la
política de "ultimátum" en relación con los separatistas prorrusos y a
declarar un alto el fuego sin condiciones.
"Quien no deponga las armas será liquidado. ¿Acaso
esa es una vía de negociación?. Eso es un ultimátum. Naturalmente, la
gente que se echó a las armas para defender su vida y su dignidad no
aceptó esas condiciones", dijo.
Y comparó las acciones de las fuerzas militares
ucranianas en el este prorruso con el bombardeo de Leningrado y otras
ciudades soviéticas por parte del Ejército alemán durante la II Guerra
Mundial.
"Por triste que sea, esto me recuerda incluso a la
II Guerra Mundial, cuando los ocupantes fascistas-alemanes, sus tropas,
rodearon nuestras ciudades, como Leningrado, y dispararon contra esas
poblaciones y sus habitantes", dijo.
Putin tachó también de "error colosal" que
acarreará "grandes pérdidas humanas" la negativa de Kiev de replegar las
tropas ucranianas que han sido cercadas por los milicianos rebeldes a
través del corredor que el jefe del Kremlin propuso anoche.
Al respecto, explicó que decidió dirigirse a los
insurgentes para que abran corredores humanitarios con el fin de
permitir la salida de los soldados ucranianos "al ver la reacción de las
madres y esposas de los militares" del país vecino.
"Esta es una tragedia también para nosotros. Por
eso, me dirigí a los rebeldes para que abran corredores humanitarios",
dijo, a lo que los separatistas respondieron que sólo lo harán si las
tropas dejan atrás su armamento.
También llamó a la comunidad internacional "a
obligar a las autoridades ucranianas a abrir negociaciones concretas",
no sólo sobre cuestiones humanitarias, como el canje de prisioneros,
sino "sobre los derechos" del sureste de Ucrania.
"Considero que lo que ocurre en Ucrania es nuestra
gran tragedia común y hay que hacer todo lo posible para que termine lo
antes posible", señaló.
A lo que no aludió Putin fue a las acusaciones
vertidas por el presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, y la OTAN sobre
la presencia de tropas rusas en territorio ucraniano.
El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov,
tachó hoy esas acusaciones occidentales de "conjeturas" y les desafió a
presentar pruebas. EFE
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