POR FERNANDO RODRĺGUEZ CÉSPEDES |
El dilema del presidente Danilo
Medina, ante la campaña reeleccionista desatada a su alrededor por funcionarios
de su entorno, es mas ético que político, y en un
país, donde la actividad política se ejerce divorciada de la ética, cualquiera apostaría
a que, al final, el presidente acabará "sucumbiendo al clamor
popular".
Sin embargo, confío en su prudencia y
atribuyo su posposición a tratar el tema, a una estrategia que busca evitar que
lo dejen solo a mediado de su gobierno porque si desde ahora descarta la
posibilidad de reelegirse, la mayoría de los funcionarios y peledeístas
pasarían a seguir al candidato con mas posibilidades.
Con sus luces y sombras, Danilo
Medina acumula méritos suficientes para optar por la reelección pese al
impedimento constitucional existente, debido a que este impedimento no es
insalvable porque existen los mecanismos legales para sortearlos siempre y cuando haya
voluntad política y consenso congresional para hacerlo.
Por eso, felicité personalmente al
entonces presidente Leonel Fernández en el Museo de la Resistencia, cuando, después
de sus escarceos y amagos reeleccionistas, desistió de su proyecto porque
sabemos que desde el poder se pueden revertir muchas cosas y debido a ello,
consideré plausible su decisión.
Leonel entendió el degaste natural
del ejercicio prolongado del poder, además de que había un relevo esperando una
merecida oportunidad después de un agravio por imposición del poder.
En el caso de Danilo, la situación es
diferente porque además de no enfrentar el referido degaste, goza de la más
alta tasa de popularidad presidencial que se recuerde en nuestra historia
republicana.
Al margen de todas estas consideraciones,
solo Danilo, en la intimidad de su conciencia, tendrá que decidir si da o no un
paso que, además de las implicaciones éticas y legales que conlleva, podría
desatar una lucha frontal entre danilistas
y leonelistas.
Y
limito ese posible enfrentamiento a esas dos corrientes del peledeísmo,
porque para nadie son secretas las aspiraciones de Leonel y la fuerza
congresional y liderazgo que posee dentro del PLD, por lo que cuando el león
ruja, los monos saldrán huyendo, o se integrarán dócilmente a la manada del
rey.
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