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martes, 12 de julio de 2016

La Barranquita, honor y gloria eterna



Por Luis Scheker Ortíz

Mientras Mao, la ciudad de los bellos atardeceres y la provincia Valverde existan, habrá patriotismo.

Hace poco más de 30 años me enamoré de esta ciudad, de su historia y de su gente. La diosa fortuna quiso regalarme esa suerte y quedé, desde entonces, prendado de ella. Corría el año 1982, cuando el Presidente Jorge Blanco, enterado de mi vida deportiva por su amigo y mi compadre Joselín Rodríguez Conde me sorprende ofreciéndome el cargo de Secretario de Estado de Deportes, Educación Física y Recreación, el cual acepté complacido, como pez en el agua.


Gracias a esa gestión y al entusiasmo contagioso de mi mano derecha, el entonces novel periodista Fernando Rodríguez, maeño de pura cepa, habiendo conocido y tratado a dos insignes gobernadoras, Doña Lucía Taveras de Ferreiras y a la inolvidable Maestra de todos Camelia Disla, puse todo mi empeño porque los Juegos Barranquiteños, celebrados por el pueblo con fervor patriótico se institucionalizaran y fueran condecorados por el Presidente Jorge Blanco en un acto solemne cuatro sobrevivientes de esa gesta gloriosa -tantas veces ignorada- habiendo sido la primera resistencia armada ofrecida por pueblo alguno a la grosera intervención militar del país más poderoso del mundo (EUA) contra una nación libre y soberana encarnada en el coraje y la dignidad de un puñado de 80 hombres decididos a ofrendar sus vidas antes de ver pisoteada la patria amada por sucias botas extranjeras. 

Comandados por el General Carlos Daniel Grullón, quien no se detuvo en espera de orden alguna superior que no la hay porque cuando la patria ha sido herida o está en peligro de muerte, es el corazón adolorido del soldado el que ordena y que supo, en desigual combate, enfrentar al invasor, rescatada la bandera nacional en manos de Demetrio Frías Bonilla convencido de que “Quisqueya podrá ser destruida pero sierva de nuevo jamás.”

La mañana del sábado 2 de julio, víspera del primer Centenario de la noble gesta histórica nos recibió lleno de sol un majestuoso monumento, sentido homenaje póstumo a los valientes maeños caídos en combates patrios e insurreccionales, desde La Barranquita, el 14 de Junio hasta el 24 de abril de 1965, edificado, no por azar, frente a la Fortaleza Militar de la Provincia Noroestana.

El presidente de la fundación a cargo del monumento, Ing. Fernando Ferreiras, pronunció en esa ocasión un vibrante y patriótico discurso, seguido por una multitudinaria Caminata Olímpica y continuada al anochecer con un notable catálogo de magnificas canciones en un emotivo concierto lírico en el parque que concluyó con fuegos artificiales.

 Iniciamos la mañana del día grande, domingo 3 de julio con toque de clarín, ofrenda floral, y el impresionante desfile militar encabezado por el Ministro de Defensa Teniente General Máximo William Muñoz Delgado, nieto del combatiente sobreviviente de la batalla de La Barranquita Máximo Muñoz con 14 heridas de balas. La inauguración de los XXXVI Juegos Barranquiteños y la presentación de la obra teatral "La Batalla Olvidada" cerraron esta gloriosa efemérides. El apretado programa del Comité Organizador presidido por el incansable Dr. Monchy Mateo Reyes para honrar tan significativa efemérides, no daba respiro.

Durante la jornada, experimenté la grata impresión de volver a vivir la experiencia de Abril Eterno. Ver al pueblo enaltecido en unión fraterna con los militares honestos, defendiendo la salud de la Patria con la exaltación a los héroes y mártires de La Barranquita.

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