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| POR FERNANDO RODRĺGUEZ CÉSPEDES |
Los deplorables sucesos acontecidos contra varios nacionales
haitianos en nuestro territorio, motivaron la protesta de la cancillería
haitiana frente al gobierno dominicano, pero no justifican el calificativo de
racista al país, ni la vandálica agresión a nuestra bandera y embajada en Haití.
El peor de estos hechos, fue asesinar, maniatar y posteriormente colgar de
un árbol al nacional haitiano Claude Jean Harry en el parque Ercilia Pepín de
Santiago, crimen por el cual no hay nadie detenido en la ciudad cibaeña, lo que
provoca justificado malestar en las autoridades haitianas.
La forma temeraria con que fue ejecutado este execrable
crimen tiene toda la apariencia de que se quiso enviar un mensaje, y más si tomamos en cuenta que fue cometido
poco después de la quema de una bandera del vecino país por un grupo de
enardecidos nacionalistas encapuchados.
Aunque quienes quemaron el lienzo patrio de Haití no
necesariamente tienen que ver con el homicidio, es evidente que la campaña de
odio nacionalista y patriotero de grupos xenofóbicos apoyados por sectores de
la reacción, está incentivando la agresión contra personas inocentes como en el
caso señalado.
Es motivo de justificada preocupación, además, para las
autoridades de Haití, que la banda de delincuentes civiles y militares que
asaltó la residencia del ex embajador haitiano en el país, Fritz Cineas, haya
sido dejada en libertad por la,
tristemente célebre, jueza Margarita Cristo Cristo.
Esta cuestionable decisión, al igual que el crimen señalado, y
el ataque a perdigonazos a los obreros haitianos que exigían sus salarios en la
remodelación del hospital Darío Contreras, son acciones que han contribuido a
la situación de malestar que existe entre ambas naciones.
Las actitudes de violencia racial que manifiestan grupos
minoritarios de ambos países, no representan ni el sentir mayoritario de las
poblaciones haitianas y dominicanas ni la política de los gobiernos de estas
naciones por lo que debemos abogar por un entendimiento entre las mismas, en
vez de incentivar la xenofobia.
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