La monja francesa Marie Simon Pierre, quien
asegura fue curada por un "milagro" del papa Juan Pablo II, después de
la muerte del pontífice, relató su experiencia al periódico
L'Osservatore Romano, vocero oficial de El Vaticano, diciendo que
después de pedirle su sanación, en una oración, durmió tranquila toda la
noche y se levantó al día siguiente sin los síntomas de la hasta ahora
incurable enfermedad.
Además de ella, varias figuras célebres del mundo,
como el ex boxeador afroamericano, Muhammad Alí, padecen por décadas de
esa afección.
La monja, le dijo al periódico que cuando fue
interrogada acerca del "milagro" por los investigadores de la Santa
Sede, no podía creer lo que veía, después de haber escrito en un papel
el nombre de Juan Pablo II y el lápiz, no volvió a caerse de su mano.
La predicadora, de 43 años de edad, sostuvo que
por años, había sido atormentada severamente por la enfermedad y, apenas
podía sostener un bolígrafo y mucho menos escribir.
Después de orarle al fallecido papa, pidiéndole
que la ayudara a sanarse, la monja, se acostó a dormir y se despertó a
las 4:30 de la madrugada, sintiéndose llena de vida.
"Fue la primera vez que pude dormir tranquila en meses", narra y añade que durante las horas de sueño, recibió una revelación.
"Me levanté llena de vida", dijo al L'Osservatore
Romano la monja curada. "Los síntomas del Mal de Parkinson, que
convirtieron mi vida en un purgatorio, se habían ido."
Por la sanación, se le ha denominado con el
sobrenombre de "La Monja Milagro" y estuvo entre el gentío que asistió a
la canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII.
El neurólogo que la trataba, no ha podido
explica4r científicamente cómo desapareció la enfermedad.
Tampoco los
investigadores de El Vaticano que admitieron que ella está libre de la
enfermedad, sin la intervención médica, registrando el radical cambio
positivo como un milagro.
La investigación de la Santa Sede, duró dos años. "Juan Pablo, me ha sanado", respondió la religiosa a los investigadores.
El propio Juan Pablo II, sufrió esa misma enfermedad. La monja fue diagnosticada en el 2001.
"Se siente como si yo hubiera vuelto a nacer",
relató la monja. "Es una vida nueva, porque nada ya es como antes."
Después de la muerte de Juan Pablo II en el 2005, la condición de la
monja empeoró y desde entonces, comenzó a orarle todos los días al papa
para que la ayudara a curarse.
Dijo que dos meses después de la muerte del papa,
"algo" en su corazón le dictó que tomara un lápiz y comenzara a
escribir. "Para mi gran sorpresa, me di cuenta de que mi escritura era
legible", señala la monja en una declaración jurada.
"En la mañana, el dolor y la rigidez, se habían
ido de mi cuerpo, y fueron sustituidos por una gran fuerza interior. Mi
cuerpo ya no era el mismo, estaba convencida de que me había curado",
narra.
Sus afirmaciones, fueron mantenidas en secreto por
El Vaticano y ordenaron someter a la monja a nuevos exámenes médicos,
encargados a neurólogos y psiquiatras.
Pero ella, sostiene que no tenía ninguna duda del
milagro que había ocurrido. En su testimonio, señaló que desde hacía 10
meses, ya no necesitaba seguir con el tratamiento.
"Estoy trabajando con normalidad, no tengo
dificultad para escribir y conduzco mi vehículo por largas distancias. Y
todo es gracias a Juan Pablo II y Dios", añadía la predicadora en las
investigaciones.
"Lo que el Señor, me ha concedido por intercesión
de Juan Pablo II, es un gran misterio difícil de de explicar con
palabras, algo muy grande y profundo, pero nada es imposible para Dios",
escribió la monja en su testimonio.
Desde entonces, ella camina con parte de la sangre de su sanador doquiera que va.
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