Ciudad del Vaticano, (EFE).- El papa Benedicto XVI exhortó hoy a las autoridades dominicanas a erradicar "definitivamente" la corrupción y luchar contra la pobreza y el narcotráfico y a fortalecer la honestidad, la transparencia, la independencia jurídica, el medioambiente y los servicios sociales.
El Papa así lo manifestó en el discurso que dirigió al nuevo embajador de la República Dominicana ante la Santa Sede, Víctor Manuel Grimaldi Céspedes, que hoy le presentó sus cartas credenciales.
Tras reconocer los logros que en los últimos tiempos se han producido en ese país, el Obispo de Roma agregó que "no obstante", todavía queda un largo camino por recorrer "para asegurar una vida digna a los dominicanos y erradicar las lacras de la pobreza, el narcotráfico, la marginación y la violencia".
El Papa señaló que todo lo que suponga el fortalecimiento de las instituciones es fundamental para el bienestar de la sociedad, "que se apoya en pilares como el cultivo de la honestidad y la transparencia, la independencia jurídica, el cuidado y respeto del medio ambiente y la potenciación de los servicios sociales, asistenciales, sanitarios y educativos de toda la población".
"Esos pasos deben ir acompañados por una fuerte determinación para erradicar definitivamente la corrupción, que conlleva tanto sufrimiento, especialmente, para los miembros más pobres e indefensos de la sociedad", subrayó Benedicto XVI.
El Pontífice afirmó que la Iglesia "nunca puede confundirse con la comunidad política", pero que ésta converge con el estado en el fomento de la dignidad de la persona y la búsqueda del bien común de la sociedad.
Benedicto XVI tendió a las autoridades la mano de la Iglesia, para la construcción de una civilización más libre, pacífica, justa y fraterna.
El Papa animó a los dominicanos a defender los valores humanos, entre los que resaltó el reconocimiento y tutela de la dignidad del ser humano, el respeto de la vida humana desde el momento de la concepción hasta la muerte natural y la salvaguardia de la institución familiar basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, "ya que estos son -precisó- elementos insustituibles e irrenunciables del tejido social".
Benedicto XVI recordó que hace ya más de cinco siglos en la República Dominicana se celebró la primera misa en el continente americano, resaltó la labor de los misioneros en estos quinientos años y destacó la labor evangelizadora realizada en el continente de la esperanza, como le llamó Juan Pablo II, desde la isla de la Española.
El Pontífice invocó la intercesión de la Virgen de Altagracia, la patrona, y de Santo Domingo de Guzmán para que colmen de don "a ese amado país y pueblo dominicano tan cercano al corazón del Papa". EFE
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