POR FERNANDO RODRÍGUEZ CÉSPEDES |
“No me defienda compadre”, pudiera ser la frase que al unísono dirían al
doctor Waldo Ariel Suero, los miles de enfermos que, sin otra opción, tienen
que acudir a los hospitales públicos en busca de salud.
Resulta paradójico que para usted defender una clase, en este caso a los
pobres del país, según los huelguistas, tenga que golpear inmisericorde y
repetidamente a los miembros de la misma.
Con sus huelgas, el Colegio Médico Dominicano demuestra tener menos
sensibilidad que el gobierno y su Ministerio de Salud, puesto que estos se
mantienen en actitud de diálogo y el CMD no.
Y digo esto porque deponer la huelga e ir a la mesa de negociaciones con
actitudes soberbias, prejuicios e imposiciones, no constituye una posición
aceptable para un gobierno que se respete.
Que conste mi apoyo absoluto a las conquistas perseguidas por los
gremios de salud porque entiendo, y así lo he manifestado, que la deuda social
del gobierno en esa materia es crónica e impostergable.
Sin salud, educación y alimentación ningún país puede avanzar. En
educación hemos mejorado sustancialmente con el 4% del PIB porque la sociedad
civil se involucró en esa lucha.
En el caso de la salud, se debe hacer algo similar, pero sin perjudicar
a los más pobres y sin dar la impresión de que más que conquistas laborales, lo
que se busca son objetivos políticos partidarios sobre todo en tiempos de
campaña electoral.
Resulta imperdonable que por razones gremiales o políticas se sacrifique
a los más necesitados del país, quienes empiezan a protestar en contra del
movimiento huelgario.
Más que hacer daño al gobierno,
los médicos están perjudicando su causa y esto deben entenderlo los miembros
sensatos del CMD que aunque han sido solidarios con Waldo Ariel , deben revisar
su método de lucha.
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