El ratón de computadora acaba de quedarse huérfano:
su inventor, Doug Engelbart, murió el martes por la noche a los 88 años
de edad.
Podría decirse que Engelbart era uno de esos
visionarios de la tecnología cuyo nombre no forma parte de imaginario
popular -como Bill Gates o Steve Jobs-, pero cuyo impacto alcanzó y
sigue alcanzando a miles de millones de personas en el mundo entero.
Ese pequeño dispositivo, del tamaño
de la palma de una mano, y que vino a complementar al teclado como la
manteca sobre el pan tostado, transformó la forma en que las personas
trabajan, juegan y se comunican.
El primer mouse de Engelbart estaba hecho de
madera de secoya y tenía ruedas de metal. Y su primera
presentación
pública, en una conferencia de San Francisco en 1968, le ganó una
ovación de pie.
Porque, además, no fue cualquier presentación:
la hizo desde su casa, conectado con la conferencia a través de un
elaborado sistema en red con un módem casero.
No hizo dinero
No sólo demostró el ratón por primera vez, sino
que fue la primera videoteleconferencia de la historia, otra de las
pasiones tecnológicas del inventor.
Engelbart también trabajó en versiones preliminares de correo electrónico y procesador de palabras.
Dado que ninguna de estas empresas le ganó fama
-más allá de los círculos de los entusiastas de la tecnología-, pudiera
pensarse que al menos le ganó fortuna.
Pero según su amigo de larga data, Bill English,
no fue el caso. Al menos no con el ratón, que comenzó a comercializarse
en 1984, con la entonces nueva computadora Macintosh de Apple.
"De hecho, los dos trabajamos en el Instituto de
Investigación de Sandford, que tenía la patente. Todo lo que obtuvo por
el invento fue una licencia de 50 mil dólares por la licencia de Xerox,
cuando la Xerox PARC comenzó a utilizarla. Apple nunca pagó nada por
él. Simplemente despegó desde ahí", dijo.
De hecho, el mouse pasó al "dominio público"
(exento del cobro de derechos) en 1987. Millones de unidades han sido
vendidas desde entonces.
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