"Mi gordura puede resultarte divertida, pero me está matando". Este es
uno de los contundentes mensajes de la polémica campaña que ha lanzado
un hospital del estado de Georgia, en Estados Unidos.
Para algunos, es una muestra de un "amor
estricto" a los niños, pero para otros puede resultar hiriente y
aumentar los prejuicios contra los menores.
El doctor Mark Wulkan, cirujano jefe
del departamento de salud infantil de Atlanta que promueve la
iniciativa, asegura que la obesidad infantil es un gran problema del que
su centro debe hacerse cargo.
"Georgia es el segundo estado con un mayor índice de obesidad infantil de la nación y ese es un 'top ten' del que queremos salir lo antes posible", sostiene.
Wulkan explica que en su clínica reciben a niños muy pequeños con presión alta, diabetes tipo 2 o enfermedades hepáticas.
"El impacto a largo plazo en nuestro estado, mirando a las estadísticas, es tremendo", sentencia.
Por eso su hospital decidió crear esta agresiva campaña que se basó en otra anterior contra el uso de metanfetaminas.
La campaña, llamada
Strong4life, incluye vallas publicitarias y anuncios en
autobuses con fotos de niños con aspecto triste y serias advertencias
como "La obesidad se lleva la diversión de ser niño".
Choque de valores
La campaña incluye vallas publicitarias y anuncios en autobuses.
Pero mientras sus creadores ven en los mensajes
una contundente llamada a la acción, han surgido muchas voces en
Estados Unidos que consideran los anuncios un ataque a los niños obesos y
creen que juegan un papel peligroso en cuanto a la creación de
estereotipos.
"Cuando eres gordo -y esto lo he calculado-
recibes 386.170 mensajes negativos al año. Cuando eres constantemente
objeto de estigmatización, lo acabas interiorizando", afirma Ragen
Christian, que dirige el blog
Dances With Fat.
Y el hecho de que la campaña estuviera dirigida a niños, molestó especialmente a sus lectores.
"Algunos se identificaron con los niños gorditos
intimidados que ellos mismos fueron un día. Algunos padres pensaron en
sus hijos y otros se dieron cuenta de que humillar no es una forma de
ofrecer asistencia sanitaria".
Pese a que Christian defiende los hábitos
saludables y el ejercicio para los niños de todos los tamaños, considera
que señalar a los jóvenes con sobrepeso resulta peligroso e injusto.
Por eso, está reuniendo fondos para lanzar una
contracampaña con mensajes positivos para todos los niños
independientemente de su peso.
"Queremos que los niños tengan una prueba
tangible de que se les respeta y valora con el cuerpo que tienen",
afirma. Su campaña Support All Kids Billboard Project recaudó US$12.000
en un sólo día.
Contracampañas
Y ella no es la única que contraatacó. Otros
activistas han lanzado iniciativas a través de internet y las redes
sociales para, por ejemplo, hacer carteles personalizados con mensajes
inspiradores.
Como el bloguero Shannon Russell que además
pidió el apoyo de las autoridades contra la campaña del hospital para
que quiten los anuncios.
Y ya ha obtenido una de las respuestas que
esperaba. La de Alan Guttmacher, director del Instituto de Salud
Infantil y Desarrollo Humano, quien criticó que la campaña Strong4Life
"conlleva un gran riesgo de aumentar los estigmas" contra los menores
con exceso de peso.
Pero el doctor Wulkan sigue defendiendo que la
iniciativa que promueve su hospital es la mejor manera de luchar contra
lo que considera una crisis de salud pública.
Para él la campaña "busca soluciones" y recuerda
"que el primer paso para cualquier cambio es reconocer que se tiene un
problema".
Además, explica que los anuncios son solo una parte de un proyecto para luchar contra la obesidad infantil.
Según dicen en su hospital, ya se han retirado
muchos de los carteles, pero sigue habiendo algunos en áreas con alta
incidencia de obesidad infantil.
Lo cierto es que las dos partes que mantienen
esta "guerra dialéctica" por la campaña dicen querer lo mismo para los
menores: que crezcan felices y sanos.
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