Hace 3 h 13 min
Antes de que acabe este año,
una plataforma petrolera de fabricación china, Scarabeo 9, llegará a
aguas cubanas para perforar una serie de pozos exploratorios.
Una amplia gama de compañías petroleras
internacionales (de España, Noruega, Rusia, India, Vietnam, Malasia,
Canadá, Angola, Venezuela y China) están haciendo fila para alquilar las
instalaciones y ponerse a buscar los considerables depósitos petroleros
que se cree que hay en la zona.
Pero en esa larga lista de países no está Estados Unidos.
"Perforaremos varios pozos el próximo año y
estoy seguro de que haremos descubrimientos. El problema no es si hay
petróleo, el problema es cuándo empezaremos a extraerlo", sostiene
Rafael Tenreiro, director de Exploración y Producción de la industria
petrolera estatal cubana Cupet.
La compañía petrolera Repsol será la primera en
comenzar las perforaciones, con un pozo exploratorio en aguas muy
profundas a sólo 80 kilómetros de la costa de Florida.
Prepararse para un eventual derrame
Estos movimientos han hecho sonar todas las
alarmas en Estados Unidos porque, si hubiera un accidente, las
corrientes marinas trasladarían el crudo derramado a las playas de
Florida y al Parque Nacional de los Everglades.
Y con el embargo a Cuba vigente, ni las
compañías estadounidenses ni la Guardia Costera podrían ofrecer ayuda ni
proveer de los equipos y productos necesarios para actuar en caso de
derrame.
"Si ocurriese un desastre estaríamos hablando de un tiempo de reacción para conseguir los equipos de entre cuatro y seis semanas, frente a las entre 36 y 48 horas (habituales en este tipo de casos). Esto es un obstáculo importante"
Lee Hunt, principal ejecutivo de la Asociación de Excavación Petrolera.
En ese caso, los cubanos tendrían que recurrir a otros países como Noruega, el Reino Unido o Brasil.
"Si ocurriese un desastre estaríamos hablando de
un tiempo de reacción para conseguir los equipos de entre cuatro y seis
semanas, frente a las entre 36 y 48 horas (si la ayuda proviene de
EE.UU.). Esto es un obstáculo importante", advirtió Lee Hunt, el
principal ejecutivo de la Asociación de Excavación Petrolera, con sede
en Texas.
Hunt formó parte del equipo de expertos de la
industria petrolera y de organizaciones ecologistas a los que el
gobierno de Barack Obama autorizó para viajar a Cuba para discutir
asuntos de seguridad con las autoridades de La Habana.
¿Suavizar el embargo?
A la cabeza del grupo estaba William Reilly,
exdirigente del la Agencia de Protección Medioambiental de EE.UU. y
coautor del informe gubernamental del derrame del Golfo de México del
año pasado.
En aquel viaje, a Reilly le impresionó la
conciencia de Cuba de los posibles riesgos y el conocimiento que tenían
en la isla de las últimas medidas de seguridad internacionales.
El accidente de la plataforma petrolera
Deepwater Horizon en las costas de Luisiana murieron once trabajadores y
cinco millones de barriles de crudo se extendieron por el Golfo de
México, lo que le convirtió en el mayor desastre medioambiental de esa
zona.
En aquel caso, se tardaron más de 85 días para
sellar el derrame que se produjo a más de 1.600 metros bajo la
superficie. El Scarabeo 9 hará las perforaciones en aguas más profundas.
Después de visitar La Habana, William Reilly
aseguró que las autoridades cubanas se toman en serio la seguridad y son
conscientes de las mejores prácticas internacionales en ese ámbito pero
que les falta experiencia.
Para él, Estados Unidos debería colaborar con
Cuba en aspectos de seguridad y debería suavizar el embargo para
permitir actuar a las compañías estadounidenses en caso de emergencia.
"Está profundamente en los intereses de EE.UU.
preparar a los cubanos de la mejor manera posible para asegurar que
estamos protegidos en caso de derrame. Necesitamos que sea seguro",
afirmó.
Esa opinión no la comparte el poderoso grupo de
cabildeo cubano-estadounidense de Florida y con las elecciones
presidenciales de 2012 a la vuelta de la esquina, este tema le pone a
Barack Obama en una difícil posición.
Beneficios petroleros
Los grupos anticastristas quieren que Washington
tome cartas en el asunto para frenar la exploración petrolera y no sólo
por motivos de seguridad.
Si se confirma que Cuba tiene grandes reservas
de crudo, la isla podría ser financieramente independiente por primera
vez desde la revolución de 1959.
"El régimen cubano en decadencia busca desesperadamente un salvavidas económico y parece haber hallado un socio gustoso en Repsol"
Ileana Ros-Lehtinen, congresista republicana de origen cubano
Durante más de medio siglo, el país ha dependido
ampliamente de sus aliados ideológicos. Primero, tuvo la ayuda de la
Unión Soviética, después de Venezuela y, en menor medida, de China.
Hasta ahora, la isla había producido algo de petróleo de pequeños depósitos en la costa.
En el recorrido entre La Habana y el destino
playero de Varadero, los turistas pueden ver durante algunos kilómetros
máquinas de bombeo de petróleo e incluso alguna máquina perforadora
china o canadiense.
Actualmente, Cuba produce unos 53.000 barriles
de crudo diarios pero todavía importa unos 100.000 barriles,
principalmente de Venezuela.
Pero sus aguas territoriales están en el mismo
estrato geológico que territorios ricos en petróleo como México y el
Golfo de México en Estados Unidos.
La peor pesadilla de los anticastristas
Los cálculos de cuánto crudo hay en las aguas territoriales cubanas varían.
Un
estudio del Servicio Geológico de Estados Unidos sugiere que
hay 4.600 millones de barrilles, una cifra que Cuba sube a 20.000
millones.
Pero incluso las previsiones más conservadoras
sitúan a Cuba como un exportador neto de petróleo. Un gran
descubrimiento le daría al país incalculables riquezas.
Y eso es una de las peores pesadillas del cabildeo anticastrista de Estados Unidos.
"El régimen cubano en decadencia busca
desesperadamente un salvavidas económico y parece haber hallado un socio
gustoso en Repsol", dijo recientemente en un comunicado la congresista
republicana de origen cubano y presidenta del influyente Comité de
Asuntos Exteriores, Ileana Ros-Lehtinen.
La congresista de Florida y un grupo de otros 33
legisladores tanto demócratas como republicanos, escribieron una carta a
la compañía española para advertirle de que ese proyecto podría
suponerle "demandas criminales y civiles en tribunales estadounidenses".
Repsol respondió diciendo que sus perforaciones
exploratorias cumplen con la legislación estadounidense vigente incluido
el embargo, así como con las regulaciones de seguridad.
También aceptó que las autoridades
estadounidenses lleven a cabo una inspección de seguridad de la
plataforma china antes de que entre en aguas cubanas.
El principio de un largo debate
El equipo se ensambló en Singapur y tiene una
pieza estadounidense, una válvula que previene de explosiones, ya que el
embargo permite un 10% de tecnología de ese país.
Precisamente, esa pieza fue la que falló en el accidente del Golfo de México.
Para Lee Hunt, el Scarabeo 9 es el último modelo
de plataforma de perforación y hay seis plataformas similares
construidas por la misma compañía operando actualmente en aguas
estadounidenses.
Por el momento, la preocupación medioambiental
parece estar teniendo prioridad respecto a la política y el gobierno
estadounidense aceptará la oferta de Repsol de inspeccionar Scarabeo 9.
Además, EE.UU. ha otorgado licencias a algunas
compañías para entrar en aguas cubanas y ayudar en caso de que se
produzca un derrame.
Pero la "pelea" no ha hecho más que empezar y
mientras los ambientalistas están pidiendo que haya mayor cooperación,
los grupos cubanoestadounidenses están buscando la forma de poner
obstáculos legales al negocio.
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