De esta forma, y con dos días de retraso, el
vigente campeón del torneo pudo saldar de forma favorable su partido
ante un rival que sólo le opuso resistencia en el primer set.
Con una predisposición muy distinta saltó a la
cancha Rafa Nadal respecto a los quince minutos de partido que pudo
disputar el miércoles y que le reportaron un 0-3 en contra para reanudar
su partido ante el luxemburgués.
El tenista balear salió mucho más centrado y tras
verse con un 4-1 en contra, consiguió primero igualar el partido y
después llegar a la muerte súbita, tras desaprovechar dos bolas de
ruptura en el undécimo juego.
Muller afrontó el partido con las ideas muy
claras. Consciente de que debía meter presión a Nadal a la mínima
ocasión, tanto con su golpe de derecha como con sus continuas subidas a
la red, y de ser consistente con su potente servicio.
Su táctica le
sirvió hasta que se llegó al 'tie break', porque una vez ahí el español
le dio una mayor intensidad al juego y acabó con las esperanzas de su
rival.
Tras este igualado set Nadal sacó el rodillo. Con
un juego agresivo -acabó el partido con 33 golpes ganadores-, sin apenas
cometer errores y con buenas sensaciones al servicio, fue desarbolando a
un Muller sin argumentos.
Pese a que el luxemburgués es un gran sacador,
ocupaba a este partido la segunda posición en el ránking de saques
directos, el español consiguió quebrarle de forma consecutiva sus dos
primeros servicios y colocarse con un 5-0 que dejaba vista para
sentencia la segunda manga.
Muller trató de reaccionar con el tercer set y se
puso con 2-0 y su servicio, pero de nuevo Nadal se enchufó y comenzó a
dominar con autoridad a su rival, al que le infligió seis juegos de
forma consecutiva para zanjar el partido.
En los cuartos de final, el segundo cabeza de
serie del torneo se enfrentará al ganador del partido entre su
compatriota David Ferrer (5) y el norteamericano Andy Roddick. EFE
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