Manuel Rodriguez Bonilla
Sr. Miguel de Jesús Rodríguez
Hermano mío:
Así nos hemos llamado a lo largo de los últimos años. Por más de dos decadas nos hemos tratado muy de cerca, compartiendo cientos de momentos y responsabilidades diversas como para tener la seguridad de que, al igual que yo a usted, me conoce muy bien: mi personalidad, mi temperamento, mi trayectoria, mis sentimientos, mis pensamientos, mis valores o principios que constituyen mi norte, etc.
Un tal Humberto Marte, cuyo único contacto en la vida fue cuando en su condición de interesado me pidiera por email que le divulgara en el acto-homenaje que en febrero pasado organizamos para el 75 aniversario de magisterio de doña Camelia un material que el produjera con su voz. Fuera de esto, ni le he visto ni le conozco. Sin contar con mi autorización, siempre envía a mi correo electrónico sus reflexiones, que he dejado de abrir o leer desde que comenzó a desconsiderarme y a irrespetar la memoria de mi querida esposa asesinada.
Ante la insistencia de un amigo, muy en contra de mi voluntad porque sabía que lo único que ese señor me aportaría era más dolor, leí su “Homenaje Póstumo” a mi inolvidable Yasmín publicado en su muy leída página www.oasisdominicano.blogspot.com. Todo el maltrato a lo que fue una conducta ejemplar basada en principios nobles que hicieron de Yasmín una extraordinaria mujer, por el sólo hecho de querer inventar un escenario acomodaticio dirigido a hacer verme como el culpable de tan horrendo y salvaje crimen, dejan ver la malvada personalidad del referido personaje.
Me ha costado mucho aceptar que todas estas blasfemias fueran aceptadas y publicadas por una persona que como Ud., hermano Miguel de Jesús, conociera tan bien la interioridad de nuestro hogar, la dulzura de nuestras relaciones de casi una década sin conflicto alguno, la felicidad en que vivíamos junto a nuestros dos hijos, etc. Permitir desinformación y desconsideración como esta, no podemos llamarle libertad de expresión. No es correcto que carniceros de la moral ajena continúen despedazando, por sólo goce, el honor y la trayectoria de personas que como en mi caso, en los 60 años que el señor de marras trata de ridiculizar, nunca he tenido una manifestación de violencia, en mis 30 años de maestro pasando desde el nivel maternal hasta el universitario nunca se me registra confrontación con tan sólo un alumno.
No es posible que una persona normal con el recorrer que Ud. conoce, de buena a primera se convierta en un monstruo y continúe siendo normal. Y que esto fuera en la presencia de mi hijo de 5 años de edad, que como usted bien conoce, es muy inteligente y goza de excelente memoria. Las autoridades investigadoras le han entrevistado durante horas en dos ocasiones y me dicen que siempre ha dicho ver en la mañana de aquel horrendo 25 de mayo, lo mismo que yo viera, su madre despidiéndonos desde el frente de la casa después de haberle arreglado y entregado la mochila que como cada día llevaba a su escuelita, entre otras informaciones.
Es ser culpable por ser el primero que le encontrara al retornar a la casa, o porque unos sicarios de la comunicación en función a su interés malicioso gestaran una campaña que a más de 130 días después aún mantienen. Esta maliciosa promoción de la que H. Marte ha demostrado forma parte, entre otras cosas, ha servido para desviar la atención y proteger a los verdaderos asesinos de mi adorada esposa. Ahora, el tal Marte, abusando de mi derecho a la intimidad y a la tranquilidad con mis hijos, hace publicar dizque una carta pública solicitándome que yo demuestre mi inocencia. Caramba, Miguel de Jesús! Le corresponde a el demostrar la culpabilidad que de manera desconsiderada me señala.
Tanto Ud. como cualquier otro comunicador que sepa respetarse y respetar la dolorosa situación que yo con mis dos niños estoy pasando desde hace más de 4 meses saben muy bien que cuentan con mi disposición de servirle ante cualquier pregunta que deseen plantearme o participación que de mí requieran. Pero, te adelanto, que con personas como este difamador no me interesa ningún tipo de comunicación, ni mucho menos entablar ningún tipo de polémica.
Para finalizar, permíteme incluir la comunicación que al termino del 25 de mayo me enviara Humberto Marte bajo el título:
“Mis condolencias para mi hermano Manuel Rodríguez Bonilla”
“Cuando vi la noticia no lo podía creer fue para mi un verdadero trauma algo que no he podido asimilar, y en busca de algo que me consuele me he preguntado, ¿como es posible que una tragedia de esa naturaleza halla tocado el seno de la familia de un educador?,
Y mi desconcierto emocional se hace mas fuerte cuando pienso que no es un educador cualquiera que es un hombre que se preocupa por el bienestar histórico, moral, y educativo de la villa de los crepúsculos del rojo de las tunas
Ya no estamos seguros y al parecer no merecemos consideración porque la inmoralidad y el crimen se han adueñado de nuestra esencia, quisiera de corazón estar en estos momentos físicamente junto a Manuel para darle mi mano de amigo, de hermano, pero como solo puedo hacerlo espiritual expreso con todos mis ánimos de solidaridad una plegaria al Dios poderoso para que acoja a su esposa, y le de todas las fuerzas que necesita todo hombre en momentos de dolor
Mi corazón está destrozado porque comprendo la tragedia y lo que representa perder a un ser amado, y como poseo el espíritu de solidaridad, me duele intensamente el tener que pensar que ya nos hemos vuelto salvajes, que conspiramos para hacerle daño a quien quiere hacernos bien
Que Dios nos proteja, que Dios nos libre, que Dios nos de consuelo, que Dios haga justicia, que Dios permita el valor de comprensión para Manuel y los suyos y que los criminales paguen con el castigo del altísimo, porque el mal que hicieron no tiene paga en esta tierra, Dios te de animo Manuel Rodríguez Bonilla. Sss Humberto Marte”
Como puede apreciar, Miguel de Jesús, comienzo a aceptar lo que varios que conocen al señor Marte me han dicho: por su bien, el merece acercarse a un psiquiatra.
Sin otro particular, se despide, cordialmente
Manuel Rodríguez Bonilla
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ResponderEliminarEn mi humilde opinion y sin animo de ofender:
ResponderEliminarEl blog de Miguel de Jesus debe ser un medio imparcial, justo y balanceado y asi como al principio le dio oportunidad al Sr. Bonilla y a su hijo de exponer sus respectivos comunicados sobre el caso, pues porque no brindar la misma oportunidad a cualquier otra persona que sienta la necesidad o el simple deseo de expresar su opinion al respecto?
Con todo merecido respeto al Sr Bonilla:
Deje todo en manos de Dios. El sabe la verdad y si usted esta libre es porque las autoridades no lo consideran responsable del lamentable hecho. Dediquese a consolar y dar amor a esos pobres hijos que quedaron sin Madre y deje que Dios haga justicia. La verdad tarde o temprano sale a la luz. Usted y todos los afectados estan en mis oraciones.
Miguel: gracias por brindar al lector diferentes angulos de las noticias y por hacer de este medio una plataforma para todo aquel que tenga una opinion y la quiera expresar sin importar si es tu amigo o un simple desconocido.
YO CONSIDERO QUE SOLO EL QUE INVESTIGA TIENE DERECHO HACER USO
ResponderEliminarDE LA PALABRA EN ESTE MEDIO DE UNA NOTA YA QUE LA INFORMACION
TIENE QUE SER CLARA OBJETIVA Y VERAZ SINO ES ASI EN VEZ DE UNA NOTA
INFORMATIVA EL LECTOR PUEDE SOLO RECIBIR TOTAL DESINFORMACION
CUANDO PASA UN HECHO DE TAL MAGNITUD Y CONOCIENDO LA PARTE
LO MAS RECOMENDABLE ES HACER O ESPERAR QUE LAS AUTORIDADES
CORRESPONDIENTES HAGAN UNA INVESTIGACION SERIA DEL CASO POR EL
BIEN DE LAS PARTES ( INVOLUCRADAS ) Y LA SOCIEDAD, EN OTRO ORDEN
MIGUEL DE JESUS NO ES RESPONSABLE DE LA NOTA DE UNO DE SUS ESCRITORES DE LA PAGINA Y DEBE DE PERMITIR SIEMPRE LA LIBRE EXPRESION DE SUS ESCRITORES, AL FINAL SOLO TRIUNFA LA VERDAD.